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Las evaluaciones internacionales muestran un deterioro sostenido en la alfabetización y comprensión lectora de niños y adolescentes, incluso en países como Francia, Alemania y Finlandia. En diálogo con Ticmas, Leyre Sáenz Guillén y Sol Alzú, analistas de datos de Argentinos por la Educación, explican las dimensiones globales del retroceso y sus implicancias.

“Cada vez hay más evidencia que confirma que está habiendo un retroceso en esta materia a nivel global”, afirma Leyre Sáenz Guillén de Argentinos por la Educación (Imagen Ilustrativa Infobae)
Patricio Zunini, en Infobae — El retroceso en los niveles de alfabetización y comprensión lectora es un fenómeno que atraviesa fronteras. En los últimos años, los principales indicadores internacionales muestran que la alfabetización está en crisis. En América Latina esa tendencia se acentúa. Y en la Argentina, los datos son especialmente alarmantes.
«Cada vez hay más evidencia que confirma que está habiendo un retroceso en esta materia a nivel global», afirma Leyre Sáenz Guillén, analista de datos de Argentinos por la Educación. Los resultados más recientes que sostienen esta afirmación provienen de las pruebas PISA 2022, evaluaciones estandarizadas que miden habilidades de estudiantes de 15 años en ochenta países. Entre las áreas evaluadas, la lectura ocupa un lugar central.
El rendimiento promedio en lectura de los 38 países miembros de la OCDE cayó diez puntos respecto a la edición anterior de PISA, tomada en 2018. La misma OCDE estima que una caída de veinte puntos equivale, en términos pedagógicos, a la pérdida de un año de escolaridad. Por lo tanto, la caída registrada representa medio año de aprendizaje perdido en comprensión lectora, incluso entre los países desarrollados.
Mientras Japón y Corea del Sur mantuvieron o incluso mejoraron ligeramente sus puntajes, países como Finlandia, Francia, Alemania, Noruega y Suecia —todos con sistemas educativos consolidados— registraron caídas de 18 o 20 puntos. Aun así, sus niveles absolutos siguen siendo significativamente superiores a los de Argentina, que obtuvo un puntaje de 401, frente a los 470 o 490 de aquellos países. «Si bien es cierto que entre 2018 y 2022 Argentina se mantuvo estable, todavía hay una diferencia de entre 70 y 80 puntos respecto de estos países», dice Sáenz Guillén. Mientras el mundo retrocede, Argentina sigue lejos […].
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