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Emilio Bernal Labrada, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española — YA NO HAY TREGUA: NI EN LA GUERRA NI EN LA POLÍTICA. Efectivamente, estimados hispanohablantes: la tregua se ha esfumado, al menos del vocabulario. Hoy día se sustituye con el triple de palabras: «cese al fuego» (copia de cease fire: el inglés también se olvida de truce). «Dar tregua» es lo que se supone que hagan las partes en contienda, sobre todo el agresor. Y en la política nacional, menos, ya que hay una guerra sorda entre los que están en el poder y quienes aspiran a él.
Y ahora se complica todo con la deportación, que si bien no tiene nada que ver con el deporte, parecería que viene a serlo según lo practican ciertos círculos que, de paso, cambian las reglas a su antojo. Pero concretémonos al aspecto de la lógica. Si no hay duda de que los criminales deben estar sujetos a la deportación, ¿acaso no habría, primero, que enjuiciarlos a fin de determinar su criminalidad? ¿Quién la determina? y con qué, ¿el úkase de un zar?
«Vigilamos las temperaturas». Así nos lo afirma un meteorólogo hispano. Pues no: se «vigila» a un preso, a un delincuente fugitivo. De las temperaturas y otros fenómenos que pudieran ser peligrosos, hay que estar «pendientes» con objeto de mantener informado al público. De paso, estos mismos meteorólogos nos comunican que «las temperaturas estarán a los medios ochentas» (¿?), o sea, «a mediados de los ochenta grados». No en balde dicen que es inédito el grado de insensatez del espanglés.
«Incidente bajo investigación». Primero, un incidente es algo de escasa importancia, un detalle secundario. En tal caso, sobra la «investigación». Y también sobra el «bajo», copiado de under. Señores, tenemos que determinar por qué estamos tan «bajos» de inteligencia: ¿será artificial? Respondamos en correcto español: «se averiguan los orígenes del suceso».
Probablemente. El espanglés (los anglómanos prefieren llamarlo spanglish) translitera esta voz cada vez que aparece probably. Es decir, como si no tuviéramos sinónimos como «tal vez», «acaso», «quizá(s)», «a lo mejor/peor», «eventualmente», etc. Lo más seguro (mejor que «probable») es que los presuntos traductores no tengan la menor idea de lo que hacen.
Analistas, expertos, estudiosos, etc. Señores redactores y locutores: en español no se empieza una oración así: «Analistas concluyen tal cosa», sino de este modo: «Los analistas…», «Los expertos…», etc. El inglés lo permite; ¡nosotros NO!
LA PUBLICIDAD, PERSISTENTE PECADORA. Visto que el negocio de los concursos de belleza sigue prosperando, debemos de agradecer que hayan creado uno hispano. Lamentablemente lo han denominado «Miss Universe Latina». Por el momento, olvidémonos de Miss (¿Señorita?) y de «Latina» (como no hablamos latín, «Hispana» sería preferible): lo que no parece justificable es «Universe». Lo entendemos perfectamente: «Universo» es recóndito y requiere un supremo esfuerzo mental.
Pero el premio del mes se lo lleva un abogado anunciante que se promueve repitiendo incontables veces este lema que pretende exhortar llamadas de su clientela: «No seas teXtarudo» (así, con equis). Estimado señor licenciado, no se trata de teXtos: la voz viene de «testa» (informalmente «cabeza») y «rudo» (inversión de letras de «duro»). Si maltrata así al idioma, ¿qué no sería capaz de hacer con sus indefensos clientes?
El aviso de una entidad dedicada a la niñez concluye así su mensaje: «Los niños siempre te necesitarán, incluso cuando no estás allí». No sabemos dónde estará ese misterioso «allí», pero sí sabemos la correcta expresión del concepto: «…sobre todo [no «incluso»] cuando estés ausente. Es obvio que obsérvase allí una AUSENCIA de sentido común.
La tregua es lo que nunca nos dan los «espánglicos» en su denodada lucha por despojar al idioma español de su especial universo de elegancia, garbo y buen gusto.
Emilio Bernal Labrada,
para su columna mensual titulada «Nuestro idioma de cada día».
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