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En la sesión ordinaria del jueves 26 de junio, la académica correspondiente con residencia en Formosa María Ester Gorleri leyó su comunicación titulada «Literatura de Formosa. Hugo del Rosso, un narrador multifacético en dos tiempos», presentada como discurso de recepción durante el encuentro en el que fue incorporada formalmente por los académicos de número como miembro de la Academia.
El artículo de María Ester Gorleri se publica a continuación y también será difundido —como se hace con todas las comunicaciones de los académicos leídas en sesión ordinaria— en el Boletín de la Academia Argentina de Letras —publicación impresa periódica y órgano oficial de la Academia—, en el número que corresponderá al período de enero-junio de 2025.

Hugo del Rosso
María Ester Gorleri — Como toda persona inquieta y curiosa de su entorno, Del Rosso encarnó sin saber él mismo cuánto estaba registrando de una identidad cultural, el testimonio memorioso de cuando era un chico de la ciudad pequeña en que nació y se crio, hasta ser el ciudadano de una etapa de transformación del entorno del cual formaba parte, en una pertenencia entrañable para él.
Su vida atravesó dos momentos históricos: uno, el de una infancia modesta en las décadas de la primera mitad del siglo XX, en la Formosa territoriana, con varias hermanas, madre viuda y la misión de bregar por la mejora de todos como cabeza de familia; el otro momento, el del regreso al pago, después de estudiar el profesorado en Posadas, Misiones, e iniciar su profesión en la Formosa que poco antes se convirtiera en provincia, y la que a partir de la década del ´60 fue mostrando paulatino crecimiento, acelerada densidad poblacional y conversión en una ciudad de progresivas complejidades.
Docente, deportista, comentador radial, columnista en diarios y suplementos, organizador de eventos deportivos, aviador, educador de jóvenes y escritor, padre y vecino calificado, ciudadano responsable, Del Rosso cultivó todos esos oficios con la convicción de quien se sabe un promotor de valores comunitarios.
Gracias a sus relatos y novelas, a sus crónicas, columnas en diarios y —extensivamente— a su constante participación en medios masivos, a la pregnancia social, educativa y deportiva que dejó, hoy podemos recuperar para la memoria colectiva los trazos agudos, vitales, costumbristas, críticos y solidarios con que «pintó la aldea», sin imaginar hasta dónde legó a la comunidad y a los lectores una literatura […].
Continuar leyendo la comunicación de María Ester Gorleri.
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