COMUNICACIONES: «Enfoque psicosocial del apodo en la Argentina», por Norma Carricaburo

En la sesión ordinaria del jueves 13 de mayo, realizada de forma virtual, la académica de número de la AAL Norma Carricaburo leyó su comunicación titulada «Enfoque psicosocial del apodo en la Argentina (40 años del fallecimiento de Frida Weber de Kurlat)».

El artículo de Norma Carricaburo se publica a continuación, y también será difundido —como se hace con todas las comunicaciones de los académicos leídas en sesión ordinaria— en el Boletín de la Academia Argentina de Letras —publicación impresa periódica y órgano oficial de la Academia—, en el número que corresponderá al período de enero-junio de 2021.

«El 25 de enero de 2021 se cumplieron 40 años del fallecimiento de Frida Weber de Kurlat y también este año hacen 80 de la publicación de su artículo sobre “Fórmulas de tratamiento en la lengua de Buenos Aires”, publicado en la Revista de Filología Hispánica de México (1941, III-2, pp. 105-139). La hispanista iniciaba el estudio de las fórmulas de tratamiento en nuestro país y lo continuaría 25 años después con “Fórmulas de cortesía en la lengua de Buenos Aires”, publicado en la revista Filología de la UBA (1966.1967, tomo XII, pp. 137-192). En memoria de esta pionera voy a presentar hoy una comunicación que me sirvió de divertimento en la pandemia.

Aproximaciones al apodo
La palabra apodo integra una constelación semántica con otras, tales como alias, apelativo, hipocorístico, mote, seudónimo, sobrenombre. Muchas veces la sinonimia que se les atribuye se debe a una percepción brumosa de sus límites. Para tratar de establecerlos me basaré en la definición, en la normativa gramatical y en el uso rioplatense.

El Diccionario de la lengua española (DLE), en su vigesimotercera edición, de 2014, define estas palabras que transcribo solo en las acepciones pertinentes:

      alias. (Del lat. alias ´de otro modo´). m. Apodo o sobrenombre.
      - adv. Por otro nombre.

      apelativo. m. 1. adj. Que apellida o califica. 3. m. nombre apelativo.
      4. Apellido o nombre de familia.

      apodo. m. Nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos
      corporales o de alguna otra circunstancia.

      hipocorístico, -ca. (Del gr. hypokoristikós ´acariciador´). adj. Gram. Dicho de un
      nombre que, en forma diminutiva, abreviada o infantil, se da como designación
      cariñosa, familiar o eufemística; p. ej. Pepe, Charo. U.t.c.s.m.

      mote. (Del occit. o fr. mot ´palabra, dicho´). m. 1. Sobrenombre que se da a una
      persona por una cualidad o condición suya.

      seudónimo. (También pseudónimo). m. Nombre utilizado por un artista en sus
      actividades, en vez del suyo propio.

      sobrenombre. m. 1. Nombre que se añade al apellido para distinguir a dos
      personas que tienen el mismo. 2. Nombre calificativo con que se distingue
      especialmente a una persona.

En base a estas definiciones, podemos distinguir dos que difieren netamente de los apodos: los hipocorísticos y los seudónimos. Los hipocorísticos, porque son mutaciones del nombre para el afecto o la intimidad. Constituyen abreviaturas o modificaciones socialmente aceptadas: Lola por Dolores, Paco o Pancho por Francisco, Mecha o Merche por Mercedes, etc. En su formación pueden concurrir muchos fenómenos. Quizá el más original sea Pepe, tomado del lenguaje eclesiástico, donde el nombre del santo iba seguido de doble p para señalar la figura de padre putativo. También puede estar presente la aféresis de sílaba(s) iniciale(s), más la sufijación diminutiva, como en el caso de Titos/-as y Litos/-as, y en Moncho, de Ramón, con el diminutivo euskera /-txu/. La misma aféresis pero sin diminutivo, como en Be(r)to por Alberto o Roberto, Mingo por Domingo; aféresis y duplicación silábica, muy propia del lenguaje infantil, como MimíDedé o Toto. Muchos hipocorísticos presentan alteraciones morfológicas por pérdidas vocálicas o por alteraciones consonánticas. En los nombres compuestos suelen utilizarse acrónimos, como Chema o Josema por José María, Maite por María Teresa, Maribel por María Isabel, etc. El uso más difundido en la actualidad es el apócope, como Nico por Nicolás, Vicki por Victoria. Muchos de los hipocorísticos han pasado a ser nombres, como Lola, Maribel, Tiago. Este hecho consolida la identificación entre hipocorístico y antropónimo.

El seudónimo es el que tiene una significación más distintiva, ya que no es el nombre que le dan a alguien, sino el que alguien se da a sí mismo para un determinado fin. En el marco de las llamadas políticas de género, las mujeres escritoras, en el siglo XIX y principios del XX, firmaban con seudónimos masculinos para no ser discriminadas y llegar a ser leídas por los hombres de su época. Por ejemplo, César Duayen en nuestro país […]».

Continuar leyendo la comunicación de Norma Carricaburo.