Se presentó en la AAL nuestro nuevo libro

Hugo Caamaño. Poeta de mundo propio

El jueves 20 de octubre a las 18:00, en el salón Leopoldo Lugones de nuestra sede, se presentó la nueva publicación de la Academia Argentina de Letras (AAL), Hugo Caamaño. Poeta de mundo propio. La edición y compilación estuvo a cargo del académico correspondiente, con residencia en Australia, Roberto Hernán Esposto.

Alicia María Zorrilla, presidenta de la AAL, pronunció las palabras de apertura; y el académico de número Antonio Requeni —autor de cartas enviadas a Hugo Caamaño que se incluyen en el libro— se refirió a la historia y contenido de la obra. En la presentación, también participaron el escritor Esteban Moore, quien produjo uno de los artículos exclusivamente para el volumen, y el editor y coautor Roberto Esposto.

Los discursos completos se difundirán en el Boletín de la Academia Argentina de Letras –publicación impresa periódica y órgano oficial de la Academia–, en el número correspondiente al período de julio-diciembre de 2022.

El objetivo de Hugo Caamaño. Poeta de mundo propio es otorgar un merecido reconocimiento a una de las voces más notables de la poesía argentina contemporánea de los últimos cincuenta años: Fernando Hugo Caamaño (1923-2015). Han motivado, además, este proyecto los análogos propósitos de difundir su obra y despertar interés por su estudio.

El volumen —disponible para la venta en nuestra sede— está compuesto de seis capítulos, e incluye textos sobre la vida y obra de Hugo Caamaño y lecturas críticas de su poesía, realizados por el editor y académico correspondiente Hugo Esposto, los académicos de número Abel PosseRafael Felipe Oteriño y Santiago Sylvester, y los escritores Esteban Moore y Rodolfo Edwards. Salvo la lectura de Esposto, aparecida en las actas del VI Congreso del Centro de Letras Hispanoamericanas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (2017), el resto son contribuciones hechas exclusivamente para esta obra.

Leer el índice y la reseña completa del libro.

El acto de presentación

«Cuando leemos a Hugo Caamaño, recordamos que ser poeta es el modo de lograr el viaje “por dentro de sí mismo”», afirmó en su discurso de apertura Alicia María Zorrilla, presidenta de la AAL. «En cada verso de Caamaño, caminamos hacia otro espacio, el de la imaginación, el suyo, su cosmos y su caos, y, en definitiva, su misión de entrega a las palabras “imprescindibles”, metalenguaje de su vivir…», dijo, y animó al público presente y a los potenciales lectores del libro a emprender «la búsqueda de su esperanza».

El académico Antonio Requeni fue quien tomó luego la palabra y, además de elogiar su obra, contó cómo conoció a Caamaño, qué otros encuentros tuvieron y las diferencias que tenía con él en cuanto a su visión poética. Lo definió como «un hombre imbuido de una vasta cultura literaria y filosófica».

«Fue un poeta bastante ignorado por los medios y las antologías, lo que a él no pareció haberle importado demasiado. Murió ignorado», sentenció Requeni, y finalizó diciendo: «Por qué somos así los argentinos? La poesía desdichadamente no tiene rating. Esta tarde, la Academia Argentina de Letras ha querido reivindicarlo».

A continuación, siguiendo con el tema de la invisibilidad de la obra de Caamaño en el presente, el escritor Esteban Moore dijo que «su rechazo a los medios masivos de comunicación respondía a una actitud ética. Su marginalidad en el campo intelectual era elegida y optativa».

«Desarrolla en solitario su obra, permeada con un humor ácido y una corrosiva ironía. Un profundo escepticismo que lo lleva incluso a dudar de su oficio», puntualizó Moore, a lo que añadió que tenía «una retórica propia, en verso libre o en prosa» y que consideraba central en nuestra tradición la poesía gauchesca. Asimismo, recordó algunas ideas del poeta: «“No tendríamos lengua o historia sin recurrir a nuestros propios orígenes”, dijo. La gran pregunta sobre la existencia humana que solía hacerse y hacer a los demás: ¿usted qué haría si tuviera poder?».

En la última disertación del acto, el editor de la obra Roberto Esposto contó la historia de la gestación del libro e hizo referencia a la visión que tenía de su propia obra: «A Caamaño no le apetecía estar en primer plano, ni se preocupaba por promover su obra. Para él debía conocerse por sí sola. Le huía al éxito. “En cuanto al valor de los poemas, qué sé yo. Hay que preguntarle al lector. Si es que lo encuentra”, llegó a decir». A Esposto le preocupaba que el nombre del poeta desapareciera, que su obra quedara sin rastro. De ahí surgió su idea de investigar sobre ella y sobre quienes escribieron al respecto, para que ese material no se perdiera.

De este modo, relató cómo fue buscando y encontrando todo ese contenido que integra el libro. Su propósito era despertar la lectura de su obra y estimular el estudio sobre ella en las nuevas generaciones. Aseguró que haber sido nombrado académico de la AAL lo incentivó aún más a seguir y concretar el proyecto: «Con esta publicación en su homenaje —concluyó—, Caamaño habría pensado que su inmortalidad está asegurada al ingresar al panteón de las letras argentinas».